Nadie sabe mejor que Kimmo Joentaa lo que significa perder para siempre a un ser querido; lo que se siente cuandoal miedo le sucecede el convencimiento íntimo de que un ser querido nunca volverá, pues no ha podido rehacerse todavía de la muerte de su esposa. Eso explica también que el comisario de Turku, en Finlandia, se niegue a arrebatar la esperanza de los padres de Sinikka Vehkasalo, quienes confían en que su hija, desaparecida sin dejar rastro, siga aún con vida. Aunque él lo sabe, no le queda otro remedio que callar. Pero el paralelismo es demasiado evidente. En el mismo lugar, hace treinta y tres años, se cometió el asesinato, nunca esclarecido, de una muchacha mientras paseaba en bicicleta. Y Kimmo no es el unico que ha llegado a esa conclusión, sino también su viejo colega Ketola, retirado desde hace pocos meses, pero que llevado por la esperanza de hallar por fin respuesta a las incógnitas de antaño, se lanzará a investigar de nuevo el viejo caso todavía pendiente.