Abuela canta cuentos, cuenta canciones. Sus dedos son como ramas que bailan y tejen los personajes de sus historias, que se quedan trenzados en la colcha. Ya casi no caben más cuentos en la colcha…
—Un, dos, tres —murmura Abuela, contando mientras teje—. Un, dos tres, mi niña, mi amor, mi palomita. Un, dos, tres, Pequeña, Madre, Abuela. Un, dos, tres, nosotras tres, mi vida. Un, dos, tres, las tres que somos todas.
Un cuento que es un homenaje de dos nietas a su abuela, un canto a la transmisión generacional y al legado de las mujeres, que mantiene viva la sabiduría popular.